
Imagino a los dentistas como personas sumamente sádicas que no se conforman con provocar dolor sino que además les gusta fotografíar sus crueles experimentos.
Afortunadamente el endodoncista de hoy no parecía disfrutar de mi dolor (de hecho no hubo dolor) y si lo disfrutaba, al menos lo disimuló...
No hay comentarios:
Publicar un comentario